domingo, 28 de noviembre de 2010

Descubiertas nuevas especies marinas en aguas canadienses


La robótica más sofisticada se ha convertido en fiel aliada de un equipo multidisciplinar de investigadores procedentes de tres universidades canadienses y del Instituto Español de Oceanografía, según informan varios periódicos canadienses.

El equipo internacional de científicos se ha embarcado en una expedición de 20 días de duración con el objetivo de estudiar once áreas que están bajo la protección de la organización North Atlantic Fisheries (NAFO, sus siglas en inglés), una institución dedicada a la conservación y optimización de los recursos pesqueros y marinos del mundo.

Gracias a potentes cámaras acopladas a unos brazos robóticos se ha podido echar un vistazo a grandes profundidades. El resultado de esta observación ha sido el avistamiento de varias especies, hasta ahora desconocidas, en las costas de Terranova.

No es la primera vez que las aguas de esta zona sorprenden a los investigadores, que esta vez se han maravillado con esponjas en forma de tulipa, corales de brillantes colores, pequeños animales y otras especies capaces de sobrevivir a 3.000 metros de profundidad.

Importancia de la exploración

Llevar a cabo expediciones en estas aguas y observar la flora y fauna que habita estos lugares es especialmente importante porque éstos forman "los bosques de los océanos", explica Ellen Kenchington, investigadora de la NAFO en Canadá y miembro de la espedición.

Esta especialista ha hecho hincapié en la importancia de la dotación tecnológica del viaje porque "realmente nos está ayudando a cambiar nuestra percepción de la biodivesidad que hay allí. Estamos localizando nuevas especies que viven en aguas realmente profundas", apunta.

Y es que el robot submarino que 'forma parte' de la tripulación es capaz de descender 500 metros más que cualquier otro aparato y que, por supuesto, las personas. Eso ha supuesto la catalogación de seis nuevas esponjas y dos tipos desconocidos de coral.

Kenchington ha declarado al diario 'Montreal Gazette' que el hecho de determinar la composición de los corales que viven en estas aguas, algunos con más de mil años de antigüedad, es extremadamente útil para "establecer las pautas del cambio climático, cómo está afectando a los mares... además nos es muy valioso para entender el presente y poner todas las informaciones en su contexto".

Ayuda a la conservación

Los miembros del equipo también han mostrado su inquietud por la conservación de los océanos. Sus datos pueden contribuir a que se inviertan mayores esfuerzos y recursos en la preservación de los corales.

Estos minúsculos animales marinos viven en los océanos desde hace más de 250 millones de años. Como parte de su metabolismo, estas criaturas segregan carbonato cálcico, que es lo que forma su base y su armazón. La agregación de muchas de estas formaciones cálcicas a lo largo de los siglos es lo que ha dado lugar a los arrecifes de coral, muchos de los cuales están ahora en peligro.

Los arrecifes de coral acogen en su seno verdaderos ecosistemas que, de llegar a desaparecer, podrían acabar con la existencia de más de 4.000 especies marinas. Las estimaciones apuntan que el 20% de los arrecifes de coral del mundo están muertos (sólo persisten los esqueletos, sin vida) y que el 34% está gravemente amenazado.

EES
Sánchez L.Wilmer
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Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/07/22/ciencia/1279806521.html

Biología Marina - Investigación a ras de costa

España es un país rodeado de mar, muchas de sus gentes viven del mar y buena parte de los visitantes llegan a España buscando el mar. Curiosamente, en los currículum de secundaria y bachillerato y también en la mayoría de libros de texto de ciencias naturales, las referencias a la biología marina son escasas, o en todo caso se reducen a apartados muy concretos o a algún texto complementario.

Desaprovechamos por tanto, en mi opinión, la oportunidad de utilizar el mar como elemento didáctico, cuando en realidad ofrece muchísimas posibilidades para el estudio práctico de las ciencias de la naturaleza y no solo de la biología, ya que el mar nos proporciona también oportunidades para estudiar aspectos de geología, química o física.

Cuando hablamos de biología marina nos referimos principalmente a la dinámica de los ecosistemas acuáticos del mar, pero también a las zonas de costa, especialmente las playas donde medran un sinfín de organismos más o menos escondidos en la arena o entre las rocas. Las aguas litorales de fácil acceso y las playas constituyen excelentes hábitats naturales donde los alumnos de primaria, secundaria y bachillerato pueden realizar actividades practicas o sencillos trabajos de investigación.
Hace unos años, la Escola Frederic Mistral/Tècnic Eulàlia, junto a otras escuelas de Barcelona, inició una colaboración con el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) para el desarrollo de programas didácticos con el objetivo de incorporar las ciencias del mar entre las actividades prácticas de secundaria-bachillerato. Fruto de esta colaboración, se han desarrollado actividades y trabajos de investigación diversos entre los cuales hemos seleccionado algunos, especialmente representativos, para demostrar las posibilidades didácticas que ofrece el litoral marítimo.

Observación de tipos distintos de arena
- Programa diseñado para alumnos de parvulario.
- A partir de muestras de arena de distintas playas de España, del litoral catalán, balear, islas canarias etc., los alumnos pueden comprobar como el color y la textura de la arena no son siempre iguales. Por tanto, los alumnos pueden observar y experimentar para concluir que existen distintos tipos de arena

Estudio de la variedad de plancton en aguas litorales
- Programa diseñado para alumnos de ciclo superior de primaria y el primer ciclo de secundaria.
- A partir de muestras de fitoplancton y zooplancton marino, fácilmente obtenidas en zonas de costa mediante redes de plancton convencionales fabricadas por los propios alumnos, se pueden realizar estudios sencillos sobre biodiversidad de plancton.
- La estructura que muestra la imagen representa una gota de agua con su contenido planctónico.
Estudio de la meiofauna y macrofauna en una columna de arena

- Trabajo de investigación de bachillerato
- En una zona del litoral catalán, un alumno de bachillerato realizó un estudio con el objetivo de demostrar que las distintas especies de organismos que medran en la columna de arena están distribuidas en distintos niveles en función de la granulometría.

Estudio sobre la presencia de bacterias coliformes en el agua del litoral de Barcelona

- Trabajo de investigación de bachillerato.
- A partir de muestras de agua recogidas durante las salidas al mar con la embarcación del ICM, en el marco de su proyecto de colaboración con las escuelas, dos alumnas de bachillerato realizaron un estudio para demostrar la presencia de bacterias coliformes en las aguas del litoral barcelonés. En la zona de desembocadura del colector de aguas residuales depuradas es donde se observa mayor presencia de coliformes (bacterias indicadoras de contaminación fecal). A medida que nos alejamos del colector, la presencia de coliformes disminuye hasta desaparecer en zonas próximas a la playa.

- Placa de Petri con presencia de colonias de coliformes. Estas colonias han crecido a partir de la siembra de una muestra de agua marina obtenida en la zona de desembocadura de un colector de aguas residuales en el litoral barcelonés.

De la colaboración entre el ICM y distintas escuelas del área de Barcelona han surgido numerosos trabajos y proyectos relacionados con estudios de biología marina, en los cuales han participado de manera directa muchos estudiantes de diversos niveles educativos, principalmente de bachillerato. Los resultados de esta colaboración entre las escuelas y una institución científica de CSIC se pueden consultar en la web:
http://www.icm.csic.es/

Las conclusiones que se pueden extraer al cabo de todos estos años de colaboración entre el ICM y las escuelas de Barcelona son enormemente positivas y demuestran las grandes posibilidades que nos ofrece el mar y las zonas de costa para la enseñanza práctica de las ciencias naturales.
Por su parte, el Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Cataluña, que agrupa a unos 10.000 docentes, ha ido realizando cursos y talleres para dar a conocer al profesorado estas propuestas didácticas y facilitarles asimismo la elaboración de nuevas propuestas para utilizar el mar como recurso. A este respecto, cabe destacar el próximo cursillo-taller titulado Recerca arran de costa, que tendrá lugar en Barcelona del 30 de junio al 11 de julio, en el marco de la Escuela de Verano que el Colegio organiza todos los años. Se puede encontrar información sobre este cursillo y las actividades del Colegio en la siguiente página web: http://www.cdl.cat/.

EES
Sánchez L. Wilmer
Seccion 1
Fuente: http://www.educaweb.com/noticia/2008/04/14/biologia-marina-investigacion-ras-costa-12929.html

Exterminando. Especies marinas en extinción y los otolitos gigantes.

Según la Lista Roja de Especies Amenazadas que publica la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), unas 16.900 especies están en peligro de extinción, mientras que las ya extinguidas podrían alcanzar las 1.159.

En relación a las especies de agua dulce, el 38 por ciento de los peces están amenazados en Europa, mientras que en África oriental se encuentran en peligro el 28 por ciento. "En los océanos, el panorama es igual de sombrío. Muchas especies marinas están sufriendo una pérdida irreversible debido a la sobrepesca, el cambio climático, las especies invasoras, el desarrollo costero y la contaminación". Además, señala que "las aves marinas están mucho más amenazadas que las terrestres, con un 27,5 por ciento en peligro de extinción frente al 11,8 por ciento de las aves terrestres en esta misma situación".

 Del informe sobre el estado de la especies marinas es importante destacar lo siguiente:

"Tiburones Rayas y Quimeras: Aproximadamente un 17% de los tiburones y sus parientes está amenazado, y otro 13% está Casi Amenazado, y una proporción alta (47%) está en Datos Insu?cientes. Los tiburones y rayas son especies pelágicas de aguas profundas, muy difíciles de estudiar en forma salvaje, y se conoce poco sobre su ecología y el estado de su población, incluido el impacto de las amenazas importantes. Mucho de lo que se conoce actualmente sobre ellos procede de las capturas en redes tanto intencionadas como accidentales, que son las amenazas principales para su supervivencia. Muchas de estas especies de crecimiento lento son incapaces de recuperarse de la proliferación de las industrias pesqueras del tiburón en todo el mundo que vienen combinándose con prácticas de pesca perjudiciales en expansión en las últimas décadas. "
"Meros: Al menos el 13% de las especies de meros ya está amenazado, un 14% Casi Amenazado, y otro 30 % Datos Insu? cientes. Las amenazas más importantes son la sobrepesca, especialmente en zonas de freza así como la pesca incontrolada en muchas etapas de su ciclo vital, que van desde pequeños alevines hasta adultos. Es especialmente preocupante que más del 20% de meros capturados mundialmente se destinan a restaurantes de lujo y al comercio de alimento de peces de arrecife vivos en la región del Índico-Pacífico. "


 "Corales formadores de arrecife: Más de la cuarta parte (27%) de las 845 especies de corales de arrecife se ha clasi? cado como amenazado, un 20% se consideran Casi Amenazado, y el 17 % Datos Insu?cientes. Las amenazas principales son la cada vez mayor frecuencia y duración de los episodios de blanqueamiento y enfermedad que viene ligado al aumento de las temperaturas marinas, un síntoma del cambio climático global. Los impactos de estos cambios ambientales comprenden también las amenazas antropogénicas como el desarrollo del litoral, la extracción de coral, la sedimentación y la contaminación. "


"Mamíferos marinos: Los mamíferos marinos incluyen las ballenas, del?nes, marsopas, focas, leones marinos, morsas, nutrias marinas, manatíes, dugongos y el oso polar. La cuarta parte (25%) de estas especies está ya amenazada. Entre las amenazas más importantes están el enredo en los aparejos de pesca, la captura directa, la contaminación acústica del sonar militar y sismográ? co, y los golpes de las embarcaciones. En muchas regiones, los mamíferos marinos están también amenazados por la contaminación de las aguas, la pérdida de hábitats por el desarrollo del litoral, la pérdida de presas u otras fuentes de alimento debido a una gestión de?ciente de las industrias pesqueras, la caza intensiva y los efectos combinados del cambio climático. "


"Aves Marinas: Más del 27% de las aves marinas está amenazado. Las amenazas principales incluyen la mortalidad en los palangres y redes de arrastre, los vertidos de petróleo y la in? uencia de las especies foráneas invasoras (en especial la depredación por los roedores y gatos) en las colonias de cría. Otras amenazas a los sitios de cría son la pérdida y la degradación de los hábitats por el desarrollo de la costa, la tala y la contaminación. "
 

"Tortugas Marinas: Seis de las siete especies de tortugas marinas están amenazadas. Las tortugas marinas ponen los huevos en las playas, las cuales están amenazadas por el desarrollo costero, la extracción de arena, y los depredadores introducidos. Los huevos y las crías están amenazados por la contaminación y la depredación, y los huevos son recogidos como alimento por los seres humanos en muchas partes del mundo. Una vez en el mar, las tortugas marinas se enfrentan a las amenazas de la captura especí? ca en pesquerías de subsistencia a pequeña escala, la captura accidental por la pesca de palangre y de arrastre, el enredo en los desechos marinos y los golpes de las embarcaciones. "


 "El número de especies marinas en la Lista Roja de la UICN está muy atrasado si lo comparamos con las especies terrestres. En 2006, la UICN, Conservación Internacional y la Universidad Old Dominium iniciaron un ambicioso proyecto (La Evaluación Global de las Especies Marinas) para completar las evaluaciones de la Lista Roja para más de 20.000 especies para el 2012. Los grupos prioritarios incluyen unos 15.000 peces y reptiles marinos, los productores primarios formadores de hábitats importantes, como el resto de los corales, los manglares, las praderas marinas y ciertas algas, y varios grupos invertebrados importantes como los moluscos y equinodermos. "

Desde luego como especie somos unos profesionales…

Para acabarlo de arreglar, recientemente se ha descubierto que los peces que viven en agua con una concentración elevada de dióxido de carbono, que es absorbido en cantidades elevadas por los océanos, presentan cambios en la anatomía  de su oído.


Al absorber CO2 el agua se torna ácida. Esta acidez influye en la formaciónd e corales y las conchas y caparazones de moluscos y crustáceos. En el experimento se estudiaron ejemplares jovenes de lubina americana criados en tanques con agua que tenía elevadas cocnentraciones de CO2. Los animales desarrollaron unos otolitos excepcionalmente grandes en comparación con los criados en agua con concentraciones normales.


Los científicos estudian los otolitos porque crecen en capas como los anillos del tronco de los árboles y se pueden usar para averiguar la edad de los animales. Los otolitos les valen a los peces para mantener el equilibrio. Habrá que comprobar si los otolitos excesivamente grandes son perjudiciales para los peces.

EES
Sánchez León Wilmer
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BIOLOGIA MARINA.CIENTÍFICOS ESPAÑOLES Y FRANCESES DESCUBREN NUEVOS GRUPOS DE MICROORGANISMOS MARINOS

Un equipo multidisciplinar de investigación, integrado por científicos del Instituto de Ciencias del Mar (CSIC) de Barcelona, la Universidad Miguel Hernández de Alicante y la Station Biologique en Roscoff (Francia), ha analizado bibliotecas genéticas procedentes de distintas áreas del océano, con el objetivo de conocer los componentes más pequeños del plancton. La revista científica 'Nature' publica hoy los primeros resultados. El mar es el ecosistema más extenso y desconocido del planeta. En cada mililitro de agua de mar viven unos mil protistas, cerca de un millón de bacterias y casi 10 millones de virus. Estos microorganismos planctónicos llevan a cabo la mayor parte de la fotosíntesis y de la respiración en el mar y, por tanto, son responsables del equilibrio de CO2 entre el mar y la atmósfera.

Los microorganismos de menos de 2 micrómetros de diámetro forman el picoplancton. Se sabe que el picoplancton es responsable de la mayor parte de la fotosíntesis en las zonas de mar abierto, pero hasta ahora se desconocía su identidad. Las últimas técnicas de biología molecular en oceanografía están permitiendo identificar y analizar muchos de estos microorganismos.

Estos investigadores presentan ahora los resultados del análisis de muestras tomadas en el Océano Glacial Antártico, durante la campaña DHARMA del buque Hespérides, en el verano austral de 1998. En muestras tomadas a gran profundidad (entre 250 y 3.000 metros) han aparecido grupos de picoeucariotas completamente nuevos y se ha descubierto una serie de clones dentro del grupo de los alveolados, que podrían ser los habitantes más numerosos de los fondos marinos y, por tanto, tendrían un papel preponderante en los ciclos biogeoquímicos en esas zonas abisales del océano.

Ciclo de carbono oceánico

El Instituto de Ciencias del Mar del CSIC ha realizado estudios similares en muestras de picoeucariotas tomadas en lugares tan alejados entre sí como el Mediterráneo, el Atlántico Norte y la Antártida. Los investigadores han comprobado que los estramenópilos son el grupo de picoeucariontes recuperado con mayor frecuencia en todas las muestras analizadas, por lo que puede tratarse de uno de los grupos de microorganismos con un papel más relevante en el ciclo del carbono en los océanos.

Debido a las numerosas implicaciones filogenéticas, ecológicas y biogeoquímicas de estos descubrimientos, el grupo francés y el del CSIC han iniciado un proyecto de la Unión Europea, denominado PICODIV, con el fin de estudiar a fondo la composición del picoplancton marino y de intentar aislar en cultivos puros estos grupos de pequeños seres vivos, lo que permitiría determinar el papel exacto que juegan en la naturaleza.

Hasta ahora se han analizado sólo siete puntos del océano. El hallazgo de tantos grupos de microorganismos nuevos sugiere que la diversidad que todavía queda por descubrir debe de ser fabulosa. Y esta diversidad encierra el potencial de una gran cantidad de nuevos genes con aplicaciones en biotecnología.

EES
Wilmer Sánchez León
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Seccion 1
Fuente http://digital.el-esceptico.org/leer.php?autor=376&id=1304&tema=16

La fauna abisal y las fluctuaciones del clima

  
Ecotropía (Barcelona). El día de mañana ilustró, el pasado verano, la influencia del océano sobre el cambio climático, como un elemento clave que determina si los cambios del balance energético en la atmósfera producidos por las variaciones de las concentraciones de los gases efecto invernadero pueden conllevar un cambio relativamente rápido en la circulación oceánica, lo cual induciría, a su vez, cambios en las condiciones climáticas más rápidos de lo que tradicionalmente se había pensado.
Sin embargo, hay otro aspecto que ha sido poco estudiado en relación con los océanos y es el que se refiere a la biodiversidad y a la respuesta de los ecosistemas marinos a los eventuales cambios del clima. Hasta ahora se ha estudiado poco la respuesta de la fauna abisal a las fluctuaciones climáticas. Aparentemente, parecería lógico que dada la inercia térmica de los océanos y las prácticamente inexistentes corrientes verticales de agua a nivel global, los organismos del fondo marino no estuvieran sometidos a las fluctuaciones climáticas que se dan en la superficie, o al menos, que las perturbaciones quedaran muy amortiguadas. Sin embargo, en la revista Science del 24 de julio de este año se publica un artículo en el que se informa del trabajo llevado a cabo por Henry A. Ruhl y Kenneth L. Smith de la Institución Scripps de Oceanografía en California (Science 305, 513-515, 2004) donde, aparentemente, se muestra que las poblaciones de determinadas especies de organismos que viven a unos 4000 metros de profundidad, en el Pacífico, sienten las condiciones climáticas reinantes en su superficie.

Los investigadores han analizado los materiales recuperados de trampas de sedimento y han fotografiado las especies marinas presentes en la zona de estudio. Esencialmente, el trabajo muestra cómo los 4 km de agua no «protegen» a los organismos abisales de las fluctuaciones que se dan en el clima de la superficie, que se manifiestan a través de la caída de materia orgánica, como plancton muerto o muriéndose, y de excrementos. El trabajo analiza el comportamiento de diversas especies de «pepino» marino. (En las profundidades analizadas este organismo es el rey.) Su dieta, se basa, precisamente, en la materia orgánica anteriormente mencionada, que cae de la superficie. Lo que los investigadores americanos han descubierto es, pues, que los cambios de las aportaciones de materia orgánica propiciadas por las condiciones en la superficie influencian a las poblaciones de las distintas comunidades de estos organismos.

En las medidas realizadas, los investigadores han visto una marcada tendencia en la estructura de la comunidad de la megafauna epibéntica dominante síncrona con la evolución de los episodios de El Niño/La Niña, durante el período 1989-2002. Así, la especie Elpidia minutissima aumentó abundantemente durante el período 1989-1996, para decrecer marcadamente en el período 1999-2000 hasta, prácticamente desaparecer, entre 2001 y 2002. Otra especie, Peniagone vitrea, mostró un comportamiento parecido. En contraste, otros organismos como Abyssocucumis abyssorum, Scotoplanes globosa, Psychropotes longicauda, etc., durante la mayor parte del período estudiado, aparecieron en concentraciones pequeñas mientras que su población creció abundantemente durante el período 2001-2002.

Dicho estudio parece aportar una evidencia de cambios en la fauna de las comunidades abisales que se correlaciona con las condiciones climáticas asociadas a las variaciones climáticas dominantes en la superficie. Como todas las medidas climáticas, disponer de series largas es un requisito esencial y, por lo tanto, no puede afirmarse si puede establecerse una relación con la evolución de las comunidades bentónicas y los cambios del clima de origen antrópico.

Misterios de los abismos

Este es el Kaiko, un robot submarino
japonés que en 1995 quedó a un
solo metro del récord mundial
 de profundidad registrado
 en 10,912 metros.
 Nuestro Planeta está cubierto en su mayoría por agua, existen precipicios en los océanos de gran profundidad, bajo nuestras aguas se esconden más misterios que en Marte ya que se tienen mucho más datos de este planeta que sobre los mares más profundos, existe más fauna que en la selva y más riqueza que en una mina de oro. Hasta el momento, ningún ser humano ha conseguido bajar a más de 11,000 metros de profundidad. Las temperaturas son bajísimas que sobrepasan los 0 grados centígrados, es una oscuridad absoluta y las presiones son altísimas, existen peces que tienen que soportar el peso de varias toneladas por cada centímetro cuadrado de su cuerpo.

Cuando aún vivía John F. Kennedy tenía serias dudas sobre si gastar su presupuesto de ciencia en colonizar la Luna o en el estudio de los fondos marinos. Al final, decidió enviar astronautas al lejano satélite, pero es evidente que sus asesores científicos sabían con claridad que debajo del océano se encuentra toda una maravilla por descubrir, un mundo tan fascinante y desconocido como el universo.

Ya todos sabemos que el sueño de conquistar la Luna se ha logrado, nuevamente parece retomar la ciencia la iniciativa de seguir investigando los misterios de los fondos marinos, el hombre ha volado, viajado al espacio y ha puesto más de 100 veces el pie sobre el monte más alto de la Tierra, incluso ha mandado robots más allá del sistema solar para conocer más. Sin embargo aún le falta descubrir que ocurre debajo del agua a grandes profundidades.

Japón, Estados Unidos y Francia ya han construido sus respectivos ingenios submarinos y han relanzado así una carrera de proporciones similares a la espacial. En 1960 se logró alcanzar los 10,912 metros de profundidad en la fosa de las marinas gracias al robot Trieste, esta cima se encuentra en el Pacífico Occidental, desde esa fecha su record no ha podido ser superado, en marzo de 1995, el robot japonés Kaiko se aproximo justo hasta los 10,911 metros de profundidad, pero no pudo seguir bajando, por lo que la marca del Trieste quedó intacta, Sin embargo el Kaiko nos pudo proporcionar las primeras imágenes de video en tiempo real de la flora y la fauna abisal y nos abrió la ventana a un fascinante mundo de proporciones inimaginables.

En el fondo del océano entre los 800 y 11000 metros de profundidad se encuentra uno de los paisajes más extraños del planeta. Un ecosistema marino determinado por las condiciones más extremas de presión y temperatura que no se encuentran en ningún otro lugar del globo terrestre. El bentos de los abismos acuáticos también conocido como bentos de la zona hadal o ultraabisal, es uno de los ejemplos más asombrosos de sobrevivencia de organismos; la escasa vida que se encuentra en estos lugares está sorprendentemente adaptada: A la presión, a la oscuridad, a la falta de oxígeno, a la escasez de víveres, a las bajas temperaturas que oscilan entre 5 y 1ºC. Por esto es genial encontrar algún tipo de vida en estas condiciones. Aunque el índice de la biomasa sea prácticamente cero, la vida existe en la zona hadal.
Aunque la vida no está totalmente ausente en esta zona, especies e individuos son allí infinitamente menos numerosos que en las demás regiones del mar y en los demás ecosistemas terrestres, como por ejemplo las pluviselvas, cuya biomasa triplica la de los abismos. Sin embargo a pesar de ser un ecosistema relativamente pequeño, sus aportes a la biodiversidad son significativos en cuanto a la variedad de especies presentes en él ya que muchos de los organismos que habitan estos abismos son únicos de ellos y no se encuentran presentes en ninguna otro región geográfica de la Tierra. ( en pocas palabras, son especies endémicas de los abismos marinos).

En esta imagen se aprecia una familia de peces pescadores. Los machos son mucho más pequeños que la hembra y se pasan la vida parasitando la comida que ésta obtiene a más de 1,000 metros de profundidad.  Este pez, pertenece a los ceratoideos, presenta conductas extrañas: el macho pasa su juventud buscando una hembra y cuando la encuentra se sujeta con sus quijadas a cualquier parte de su cuerpo y no la suelta, alimentándose a través de la corriente sanguínea de ella. Cada hembra lleva dos o tres machos adheridos, cuyos tamaños apenas pasan de unos centímetros.
Sin embargo para poder comprender estos fenómenos es importante conocer primero cuál es el significado de "bentos abisal". En general el bentos es el conjunto de aquellos animales y plantas asociados con el suelo marino; es decir, bentónicas son todas las especies que viven relación íntima con el fondo marino, éste como gran comunidad ecológica, se extiende en el mar desde la línea de rivera, hasta las más altas profundidades. La zona abisal es por lo tanto la zona bentónica de los abismos, más allá de la región arquibentónica. La frontera entre las zonas arquibentónica y abisal suele establecerse entre los 800 a 1000 metros de profundidad. El mar profundo constituye la más dilatada de todas las regiones de nuestro planeta líquido al cubrir cerca del 85% de lo que se conoce como cuencas oceánicas. Así los abismos son en general inmensas cuencas de fondo llano y fosas abisales, que forman las regiones más profundas del océano, entre los 1000 y los 11000 metros de profundidad

Aunque la vida no está totalmente ausente en las regiones abisales, especies e individuos son menos numerosos que en las otras regiones del mar gracias a las condiciones ambientales ya mencionadas: La zona abisal carece de luz solar y por lo tanto de algas; el factor principal que limita toda la vida abisal es, pues, el aporte de alimento forzosamente alóctono (proviene de otros lugares diferentes al lugar de vida). En estas condiciones se le da paso a la biomasa más abundante de los abismos:Las bacterias. Una parte de éstas son autótrofas quimiosintéticas, que cubren sus necesidades de carbono, a expensas del ion bicarbonato, oxidando amoniaco, hidrógeno, nitrito, metano o substancias inorgánicas.Las bacterias son prácticamente los únicos productores por debajo de la región iluminada. Otras bacterias, heterótrofas, se nutren a expensas de la masa orgánica disuelta que aporta el agua circulante, así como de toda clase de cadáveres y excresiones. La representación del mundo animal es mucho más amplia. Incluye variadas formas de rizópodos y una gran variedad de esponjas, entre las que son especialmente características las hexaltinélidas Entre los celentéreos se encuentran hidrozoos, como grandes pólipos solitarios, pennatularios y actinias. Se han encontrado 375 especies de equinodermos por debajo de los 2000 metros. Los briozoos abisales son raros, se encuentran algunos anélidos poliquetos y los braquiópodos se encuentran en un número muy notable. La mayor parte de cefalópodos de profundidad son batipelágicos. Hay artrópodos (crustáceos) y vertrebrados (peces) entre los cuales se encuentran el Barathronus, Benthobatis, etc. Estas formas animales se dividen entre los que se alimentan de presas vivas (depredadores), de residuos (detritívoros). Algunas formas viven en contacto con el fondo (bentos) y por lo tanto pueden ser ya sea excavadores, fijos, errantes o libres (o pelágicos).

Como respuesta al medio, estos organismos presentan las siguientes particularidades:

Cuando no hay luz, es preciso recurrir a
todo tipo de trucos para comer.
 Lo mejor es atraer a las presas justo a
la altura de la boca, como hace este Cauluphryne
 jordani con su antena.

º         La ausencia de luz lleva consigo la atrofia general de los órganos de la visión, compensada por un alargamiento de los órganos táctiles, por lo cual se han observado crustáceos cuyas antenas alcanzan longitudes desmesuradas.
º         Por otro lado la ausencia de luz es la posible causante de la producción de luz orgánica (bioluminiscencia) aunque este fenómeno se le atribuye también a la luciferina. La bioluminiscencia tiene como función la atracción de presas, así por ejemplo el Melanoccetus murrayi , usa como cebo sus órganos luminosos.
º         Otra característica se da entre tonos rosados y violeta y por lo general también se encuentran organismos con cuerpos transparentes. Esto se debe a que al ser absorbidas las ondas luminosas rojas en las capas superiores del océano, el disponer de una librea de esta coloración no representa ningún inconveniente, ya que se hace invisible al no haber ninguna radiación que reflejar.
º         Es de suponer que el crecimiento de los seres abisales es lento y su vida muy larga, como consecuencia de la acción similar y acumulada de la escasez de sustento, del frío y de la presión. La escasez de alimento suspendido, exige un cambio en la reproducción de estos grupos que dan larvas planctónicas; sus representantes en la zona abisal pasan a producir menos huevos y cuidan por ende más a los mismos. Un ejemplo es el del erizo Aceste bellidífera, que cría sus hijos en una depresión dorsal de su caparazón, rodeada de espinas en forma de pluma.
º         Otra de las características del abismo marino son las chimeneas de Geiseres, por las cuales viaja el agua hasta el corazón del planeta calentándose hasta los 400ºC En torno a estas calderas habitan colonias de gusanos hasta de 20 cm. de largo, que se han acomodado en estas aguas calientes y sulfurosas. Estos gusanos son organismos quimiosintéticos que absorben metano, compuesto letal para otras especies.
º         La uniformidad de condiciones y lentitud de evolución se manifiestan en una menor diferenciación específica abisal, lo cual no se da en los ecosistemas terrestres (como la pluviselva), donde las condiciones del medio favorecen la rápida evolución y especiación, llevando así a un aumento de la diversidad y del número de especies en general, de 1400 en los abismos a un millón (aprox.) en las pluviselvas.
º         Además, la biomasa abisal es débil con respecto a la de zonas horizontales: La primera de 22 a 56 gr/m3 entre los 200 y los 500 m, y de 9 a 26 gr/m3 de los 2000 a los 9000 m. La segunda de 165 a 346 gr/m3 . Como consecuencia de esto, "el bentos abisal es un mundo miniaturizado y mitigado. No hay manera de adivinar el número de especies presentes".

Cuando no hay luz, es preciso recurrir
 a todo tipo de trucos para comer. Lo mejor es atraer
 a las presas justo a la altura de la boca, como hace este
Cauluphryne jordani con su antena.
Los camarones se encuentran frecuentemente a grandes profundidades. Los que viven de 4 500 a 6000 metros abajo de la superficie del mar no son de aspecto muy diferente a los que llegan a nuestras mesas, a excepción de que son más grandes, hasta de 30 centímetros de largo, y a veces de color más vivo.

El camarón rojo de las profundidades, llamado Acantephira, lanza una sustancia bioluminiscente a través de sus glándulas situadas a los lados de la boca, con la que atrae a sus presas para capturarlas. Otro notable camarón de los abismos, el Sergestes de color escarlata, lleva una larga antena gruesa, flexible como látigo, en la punta semejando una caña de pescar. De esta antena salen muchos ganchos curvos hacia adelante, capturan a sus presas y las jalan luego hasta que quedan al alcance de sus terribles pinzas.

Entre los equinodermos, las holoturias o pepinos de mar de los grandes fondos son muy distintas y extrañas unas de otras; presentan muchos apéndices y prolongaciones que hacen que apenas se reconozcan, pero todas ellas, dentro de esta gran diversidad, tienen como rasgo común la existencia de una superficie ventral plana que les permite deslizarse suavemente por el fondo sin hundirse.

Las estrellas de mar se han visto a profundidades de 4 000 metros, conociéndose unas 2 000 especies; los individuos comúnmente tienen cinco brazos, sin embargo, también los hay con 6, 12 y aun 50 brazos; varían de tamaño desde 2.5 centímetros de diámetro hasta varios metros.

Los ofiúridos o bailarinas de mar abundan en los fondos oceánicos y las cámaras fotográficas han revelado grandes masas de ellas en las profundidades, con sus brazos semejantes a culebras entrelazadas, de tal modo que forman una sola y gruesa masa. Se han encontrado hasta 500 de ellas por metro cuadrado y son tan frágiles que es muy difícil atraparlas con redes, ya que muchos centenares se rompen y desaparecen por las mallas de las redes antes de llegar a la superficie.

Los erizos de mar de las profundidades presentan glándulas cuya picadura puede ser mortal. Otro tipo de equinodermo es el lirio de mar o crinoideo, criaturas de largo tallo con una corona de cinco "hojas" semejantes a plumas en su extremo. Son los primeros fósiles vivientes dragados del mar; actualmente sus esqueletos fosilizados forman una masa de piedra caliza de 60 a 150 metros de espesor.

Se creía que estos lirios de mar se habían extinguido hasta que en 1850 el pastor noruego Michael Sars sorprendió al mundo científico con algunos ejemplares vivos. Se han encontrado a profundidades hasta de 8 200 metros y actualmente se conocen unas 800 especies.
EES
Sánchez León Wilmer
19359301
Seccion 1
Fuente: http://www.biotech.bioetica.org/ap2.htm

Existe una inmensa biodiversidad microbiana en lo más profundo de los oceános

El primer estudio para explorar la actividad biológica microbiana en la capa más profunda de la corteza oceánica ha encontrado numerosas bacteria con una notable gama de capacidades, incluidas a de biodegradar hidrocarburos y gas natural, y fijación y almacenamiento del carbono.
La investigación, que acaba de publicar la revista PLoS One, mostró que un número significativo y diverso de formas bacterianas estaban presentes, incluso en temperaturas cercanas del punto de ebullición del agua.

Este es un nuevo ecosistema que casi nadie ha explorado. "Si bien esperábamos algunas formas bacterianas, igual la larga lista de funciones biológicas que están teniendo lugar para las profundidades de la Tierra es sorprendente."dijeron los autores.

La corteza oceánica cubre aproximadamente el 70 por ciento de la superficie de la Tierra y su geología ha sido explorada desde el punto de vista geológico. Prácticamente nada se sabe sobre su biología, en parte porque es difícil y costoso, y en parte porque la mayoría de los investigadores no sospechaban lo que que sucede en estos lugares.

La temperatura de los sedimentos y rocas aumenta con la profundidad, y los científicos creen ahora que la temperatura superior en la que la vida puede existir es de alrededor de 120ºC. El fondo del océano se compone generalmente de tres niveles, incluyendo una capa superficial de sedimentos; una de basalto formado a partir de magma solidificado, y un nivel más profundo de basalto que enfría más lentamente y se llama capa "gabro", que forma la mayor parte de la corteza oceánica.

Esta última capa capa es muy poco accesible ya que que la capas superiores son usualmente de unos dos kilómetros de espesor. Curiosamente, en un sitio en el Océano Atlántico cerca de una montaña submarina, el Macizo Atlantis, las muestras fueron obtenidas a partir de formaciones rocosas gabro que estaban más cerca de la superficie de lo habitual porque se había levantado y expuesto por fallas. Esto permitió a los investigadores a investigar por primera vez la microbiología de estas rocas.

Una expedición de investigación perforado más de 4.600 metros en esta formación, en la roca que era muy profundo y muy antigua, y en la que encontraron una amplia gama de actividad biológica. Dscubrieron microbios degradantes de hidrocarburos, algunos parecían ser capaces de oxidar el metano, y procesos activos en la fijación o la conversión de gases de nitrógeno y carbono.

Los resultados son de gran interés, en parte, porque poco se sabe sobre el papel que la corteza oceánica profunda puede jugar en el almacenamiento y la fijación de carbono. El aumento de los niveles de dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero en la atmósfera, a su vez, eleva los niveles de dióxido de carbono en los océanos.

Al parecer los microbios de la corteza oceánica profunda tienen un potencial genético para el almacenamiento de carbono. Es posible hipotetizar el concepto de reducción de emisiones de carbono en la atmósfera, mediante el bombeo de dióxido de carbono a las capas profundas del subsuelo en el que podría estar secuestrado en forma permanente.

Estos resultados indican que hay todo un mundo de actividad biológica en las profundidades del océano que no conocemos y tenemos que estudiar. Ya se demostró en el derrame de petroleo ocurrido en el Golfo de México donde al parecer estas bacterias han jugado un rol esencial en la disminución de los niveles de petroleo causados por el derrame.

Los procesos microbianos en el subsuelo marino tienen el potencial de influir significativamente en la biogeoquímica de los océanos y la atmósfera.

EES
Sánchez León Wilmer
19358601
Seccion 1
Fuente: http://www.bioblogia.com/2010/11/una-inmensa-biodiversidad-microbiana-conocer-lo-mas-profundo-de-la-corteza-oceanica/

Casi la mitad de los océanos terrestres padece el impacto de la actividad humana

Creado el primer mapa global del entorno marino desde la perspectiva de su deterioro
 
Más del 40% de los océanos de la Tierra está afectado por la actividad humana. Las zonas más dañadas: el mar del Norte, los océanos del sur y el este de China, el Mar Caribe, los océanos de la costa este y norte de América, el mar Mediterráneo, el mar Rojo, el Golfo Pérsico, el mar de Bering y diversas áreas del Pacífico occidental. El océano cercano a los polos se salva por ahora, pero corre un grave riesgo como consecuencia del cambio climático. Esto es lo que revela el primer mapa global sobre el estado de los océanos realizado por científicos estadounidenses. Las perspectivas son desalentadoras, pero el mapa ha sido elaborado no sólo para indicar donde se encuentran los problemas sino, sobre todo, para servir de herramienta para solucionarlos. Por Yaiza Martínez.
 
El 41% de los océanos del planeta está muy afectado por el impacto de la actividad humana, señala el primer mapa global sobre los efectos de nuestras acciones en el entorno marino, que ha sido realizado por científicos del National Center for Ecological Analysis and Synthesis (NCEAS de la Universidad de California en Santa Barbara, Estados Unidos.

Para el desarrollo de este mapa, un modelo espacial de múltiples escalas, se sintetizaron 17 conjuntos de datos globales de cambio ecológico causado por agentes antropogénicos (como la explotación pesquera, el cambio climático o la contaminación, entre otros) en 20 ecosistemas marinos. Las áreas del océano que han sufrido el menor impacto se encuentran principalmente cerca de los polos terrestres, informa la revista Science.

Este trabajo, dirigido por el NCEAS, fue presentado el pasado 14 de febrero en un encuentro de la American Association for the Advancement of Science (AAAS. En él han trabajado 19 científicos de diversas universidades, organizaciones no gubernamentales y agencias estatales, informa la UC en Santa Bárbara en un comunicado.

Zonas más afectadas

El estudio ha sintetizado datos globales del impacto humano en diversos ecosistemas marinos, como los arrecifes de coral, las plataformas continentales y las profundidades del océano. Investigaciones anteriores habían analizado ya el efecto de actividades aisladas o los daños en ecosistemas concretos, pero no a escala global. Ahora, los científicos disponen de una herramienta con la que conocer la influencia total de las actividades humanas en este entorno.

Según señalan los investigadores, dirigidos por el científico del NCEAS, Ben Halpern, estos resultados demuestran que la situación es mucho peor de lo que cabría esperar y que, en demasiados casos, la magnitud del problema es inquietantemente grande.

Por eso resulta esencial este mapa que, afirman los científicos, puede servir como modelo para el asesoramiento acerca de estos impactos a escalas locales y regionales. El mensaje para los gobiernos y equipos políticos es claro: son necesarias acciones de preservación en muchos lugares de todo el planeta.

Las zonas marinas más fuertemente afectadas incluyen amplias áreas del mar del Norte, de los océanos del sur y el este de China, del Mar Caribe, de los océanos de la costa este y norte de América, del mar Mediterráneo, del mar Rojo, del Golfo Pérsico, del mar de Bering y de diversas áreas del Pacífico occidental.

Ecosistemas en peligro

Las zonas menos afectadas se encuentran mayoritariamente cerca de los polos de la Tierra, y también a lo largo de la costa norte de Australia, y en pequeñas y dispersas localizaciones a lo largo de las costas de Sudamérica, África, Indonesia y el Pacífico Tropical.

Desafortunadamente, según los científicos, a medida que el hielo polar desaparece como consecuencia del cambio climático y las actividades humanas se extienden también a estas áreas, aumenta el riesgo de una rápida degradación de estos ecosistemas que aún se conservan casi en su estado original.

La influencia humana sobre el océano varía asimismo de un ecosistema a otros. Los más dañados son los arrecifes de coral, los lechos marinos, los manglares, los arrecifes rocosos y las montañas marinas. Los ecosistemas menos afectados están en áreas de mar abierto y de fondo suave.

Elaboración del modelo

El NCEAS explica la elaboración del mapa global, que fue llevada a cabo en cuatro fases. En primer lugar, los científicos recopilaron o crearon mapas terrestres de todos los tipos de actividades humanas que directa o indirectamente impactan sobre los ecosistemas oceánicos. En total se realizaron mapas de 17 actividades diferentes. Asimismo, se reunieron mapas relativos a 14 ecosistemas marinos diversos y se modeló la distribución de otros seis ecosistemas más.

En segundo lugar, para estimar las consecuencias ecológicas de estas actividades, los investigadores crearon una metodología de cuantificación de la vulnerabilidad de diferentes ecosistemas marinos frente a cada una de ellas. Posteriormente, en tercer lugar, crearon el mapa de impacto acumulativo a partir de los mapas de las 17 actividades dañinas para el ecosistema y de los datos de vulnerabilidad, con el fin de convertir las amenazas en cifras de impacto ecológico.

Por último, se cotejaron los resultados con datos anteriores sobre estimaciones globales aparecidos en estudios previos y referentes a las condiciones de los ecosistemas marinos.

Todavía incompleto

A pesar de todo este esfuerzo, los autores admiten que el trabajo es aún incompleto, porque muchas de las actividades humanas han sido aún poco estudiadas y hay falta de datos. Sin embargo, a medida que se tengan disponibles nuevos datos, el presente mapa podrá ser redefinido y actualizado. Los científicos temen que esta actualización dé lugar a una perspectiva aún más catastrófica del estado de los océanos.

De cualquier forma, el modelo aporta ya información esencial para la evaluación de los lugares en que ciertas actividades aún no han afectado tanto al mar y de los lugares donde estas actividades deberían detenerse o trasladarse a áreas menos vulnerables.

Con él los grupos ecologistas y de gestión podrán decidir mejor donde, cuando y en que invertir sus esfuerzos y recursos. En la protección de los océanos, el mapa servirá para conocer donde las actividades humanas tienen mayor impacto o establecer que tipos de ecosistemas necesitan intervención.

Los humanos ha usado siempre los océanos para la extracción de recursos o para la actividad comercial, entre otras actividades, pero actualmente estas actividades deben llevarse a cabo de manera sostenible, para que los océanos se mantengan sanos y continúen suministrándonos los recursos que necesitamos y queremos, señala Halpern.
 
EES
Sánchez León Wilmer
19358601
Seccion 1

Diversas características de organismos en ambientes oceánicos

La vida de los organismos depende fundamentalmente de la presencia de agua, oxígeno y bióxido de carbono, que sólo se encuentran en las capas inferiores de la atmósfera y en las aguas.

Los seres vivos que ocupan tanto la atmósfera como los océanos que cubren la corteza de nuestro planeta forman la llamada biosfera o biota.

Los mares son considerados como la cuna de la vida. Los organismos que los pueblan son muy variados, por lo que es difícil proporcionar una visión completa de ellos. La biología marina se ha encargado de estudiar los fenómenos que se presentan en los seres marinos, tratando de generalizarlos para establecer sus leyes, y de investigar las causas que los producen.

Todo organismo habita en un medio ambiente determinado, constituido por el conjunto de seres vivos y por los factores físico-químicos que lo rodean e influyen directa o indirectamente sobre él. Si el organismo se encuentra adaptado al medio realizará de manera normal sus funciones. Todos los seres vivos deben alimentarse, respirar, sintetizar nuevas moléculas orgánicas y eliminar los productos metabólicos no requeridos, así como crecer y reproducirse.

Existe un flujo de materiales dentro y fuera de cada ser vivo. Aún más, los organismos están experimentando sustituciones y cambios evolutivos continuos; por ejemplo, los animales y vegetales de un periodo geológico pueden ser completamente diferentes a los de otro, además, ejercen distintos efectos sobre su medio ambiente y sobre los demás organismos. Por tanto, los seres vivos tienen que estar interaccionando con las condiciones que presente el medio donde habitan.

En la actualidad se considera que la vida se originó a través de una serie progresiva de reacciones de síntesis; combinándose los átomos para formar compuestos simples, y éstos a su vez compuestos más complejos, los cuales se organizaron y estructuraron a las primeras células.

Considerando que la edad del planeta es de 5 000 millones de años y que se cree que las formas primitivas de vida aparecieron hace 3 500 millones de años, se puede concluir que las etapas preparatorias para la aparición de la vida requirieron para desarrollarse de más o menos 1 500 millones de años.

Se piensa que los seres vivos se originaron gracias a las propiedades físicas y químicas que imperaban en la Tierra primitiva, aunque los científicos sólo han podido demostrar parcialmente el proceso. El estudio de los virus, las bacterias y otros organismos poco evolucionados que existen en la actualidad, ha permitido establecer las teorías para tratar de explicar el origen de los seres vivos.

También otras ciencias, como la astronomía, la geología, la física y la química, han colaborado sobre todo proporcionando datos de cómo fueron, posiblemente, las condiciones existentes en la Tierra primitiva. Otra información se ha obtenido por medio de experimentos, como los de A.I. Oparin y S.L. Miller, que han permitido reproducir en el laboratorio algunas etapas de producción de compuestos orgánicos.

Entre los elementos químicos más abundantes de la capa de gas que cubría a la Tierra primitiva se encontraban el carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, y cuando la temperatura disminuyó, probablemente se combinaron y pudieron formar compuestos como el agua, el metano, el amoniaco, el bióxido de carbono y el ácido cianhídrico, así como moléculas de hidrógeno.

Cuando la Tierra siguió enfriándose, algunos gases se licuaron y a su vez algunos líquidos se solidificaron, formándose así el núcleo del planeta, estructurado por materiales semisólidos y elásticos y a su alrededor una corteza sólida, la cual, a medida que fue engrosando, se arrugaba y plegaba, constituyendo las primeras cadenas de montañas. Rodeando a la corteza terrestre se encontraba la atmósfera, cuyos componentes eran gaseosos.

Posteriormente empezaron las lluvias a partir del enfriamiento del vapor de agua que existía en la atmósfera; al tocar esta agua a la corteza caliente se evaporaba instantáneamente. Las lluvias siguieron cayendo de modo torrencial por cientos de años, y los terrenos bajos, las cuencas y las hondonadas se llenaron de agua, formándose así los océanos, y los ríos empezaron a correr caudalosamente entre las montañas, llegando a los mares primitivos acarreando nuevas sustancias como sales y minerales, hasta alcanzar su salinidad característica, que en épocas posteriores aumentó lentamente.

La formación de grandes masas de agua hizo posible la aparición de vida, ya que es el componente fundamental de la materia viviente, y fue en estos océanos primitivos donde se desarrollaron las condiciones necesarias para ello.

Cuando las radiaciones procedentes del Sol pudieron llegar a la superficie de la Tierra, al disminuir las capas de nubes que debieron impedir el paso de la luz y hacían que la Tierra estuviera en la oscuridad, los rayos ultravioleta, los rayos X y otras radiaciones de alta energía, proporcionaron la energía necesaria para que se realizaran las reacciones entre el metano, el amoniaco, el ácido cianhídrico y el agua, originándose gran variedad de compuestos orgánicos que se fueron acumulando gradualmente en el agua del mar.

Entre estos compuestos debieron aparecer los glúcidos, los lípidos y las proteínas, posteriormente los ácidos nucleicos DNA y RNA y los portadores de energía como el ATP, completándose los ingredientes esenciales para originar las primeras entidades vivientes o células, con lo que la llamada evolución química se consuma y la evolución biológica se inicia. Estas dos evoluciones continuaron simultáneamente por mucho tiempo y en la actualidad todavía existen.

Las células formadas por la acumulación de sustancias orgánicas que existían en los mares primitivos, derivaron una membrana que las limitó, separándolas del medio y de otras células, y a través de la cual absorbían las sustancias que se encontraban en el medio para su nutrición, recuperando las que gastaban por oxidaciones.

Estas células no presentaron, con seguridad, un núcleo, por lo que se piensa que posiblemente se parecían a los actuales organismos procariontes, como son los virus y las bacterias. Después, por procesos complejos, debe haber aparecido la membrana nuclear, limitando a los ácidos nucleicos, estructurándose el núcleo y constituyendo a los primeros organismos eucariontes, como los protistas actuales.

De las primeras formas de nutrición de estos organismos se piensa que fue la heterótrofa, es decir que necesitaron tomar los alimentos del medio, ya sea en forma directa, parasitando otras células o tomando sustancias en descomposición como saprotrofismo. Posteriormente, al escasear cada vez más las sustancias, algunos de aquellos organismos primitivos debieron desarrollar métodos de nutrición del tipo autotrópico, es decir, en los que se puede transformar la sustancia inorgánica en orgánica, siendo posiblemente primero la quimiosíntesis y después, al formarse la clorofila, los fotosintéticos.

Al aparecer la nutrición autótrofa se empezó a utilizar el bióxido de carbono de la atmósfera primitiva y se liberó oxígeno molecular, gas que se combinó fácilmente con otras sustancias. Los organismos fotosintetizadores deben haber desprendido cada vez cantidades mayores de oxígeno, que del océano pasaba a la atmósfera, iniciándose una profunda y lenta "revolución del oxígeno" en que la atmósfera antigua se transformó en la moderna, que ya no contiene metano, amoniaco ni ácido cianhídrico y por el contrario está formada por vapor de agua, nitrógeno molecular, bióxido de carbono y grandes cantidades de oxígeno.

En las zonas más elevadas de la atmósfera, y posiblemente debido a la intensidad de la radiación cósmica, las moléculas del oxígeno se recombinaron y modificaron dando como resultado la formación de una capa de ozono (03), situada a varias centenas de kilómetros de altura y que todavía existe.

El ozono formó una pantalla protectora contra la penetración de radiaciones de alta energía, y con esto los organismos iniciaron su evolución libre de esas radiaciones. Debido a lo anterior, los vegetales y animales actuales no están adaptados a ellas y mueren cuando se les somete incluso a pequeñas dosis. Sin embargo, existen algunos organismos entre los virus, bacterias y protistas, que resisten estas radiaciones.

Con la incorporación del oxígeno a la atmósfera los seres vivos iniciaron la respiración aerobia, es decir, utilizando este gas para liberar la energía, ya que los organismos primitivos lo hacían sin él, y son conocidos como anaerobios.

Estos organismos primitivos iniciaron su evolución formando primero a los protistas, que estructuraron su cuerpo con una sola célula; después debieron aparecer los organismos pluricelulares, organizándose con base en tejidos, después en órganos y por último con sistemas y aparatos, dando origen a los organismos tanto del reino vegetal como del animal, que en la actualidad están representados por aproximadamente más de dos millones de especies, de las cuales el 20 por ciento vive en el mar.

La diversidad tan grande que se observa en los seres vivos en la actualidad es el resultado de la evolución orgánica que se ha presentado desde la aparición de la vida en el planeta, hace millones de años, y se calcula que se inició en el Precámbrico, quedando registrada por las evidencias que aportan los fósiles, lo que ha permitido a los científicos interpretar la historia del planeta, imaginándose cómo era el medio ambiente en aquellas épocas y cuáles organismos posiblemente existieron.

Por los registros fósiles se sabe que los seres vivos iniciaron su evolución en los océanos del Paleozoico y que uno de los desarrollos más significativos de la historia de la vida sobre la Tierra fue la súbita aparición de una gran variedad y abundancia de vida en los fondos de los mares del Cámbrico.

En esta era Paleozoica se han encontrado fósiles de muchos grupos de invertebrados marinos entre los que destacan los radiolarios, foraminíferos, corales, braquiópodos, trilobites y diversos moluscos, entre ellos los cefalópodos; también aparecieron al final de esta era los peces, los anfibios y algunos reptiles, y los primeros organismos terrestres, que fueron los arácnidos. Entre los vegetales se desarrollaron algas en el mar y helechos en tierra.

Posteriormente, en el Mesozoico la vida marina fue similar, en sus primeras etapas, a la del Paleozoico, pero a la mitad de la era se iniciaron una serie de cambios basados en la desaparición de algunas especies, que al dejar vacíos ciertos nichos ambientales permitieron la aparición de otras.

Las diatomeas surgieron durante el Mesozoico en el medio marino; los cefalópodos se incrementaron, así como los gasterópodos, dentro del grupo de los moluscos; disminuyeron los foraminíferos, los corales y los trilobites; los peces se diversificaron y se originaron los peces óseos; aparecieron las tortugas, pero los reptiles mejor adaptados al medio acuático fueron los ictiosauros marinos, los que se extinguieron al final de esta era.

En la era Cenozoica desaparecieron de los mares algunas especies, como es el caso de los reptiles marinos gigantescos y de los moluscos de gran tamaño llamados amonites, apareciendo una multitud de invertebrados, de peces, reptiles y mamíferos que aún perduran. Es notoria la súbita expansión de los mamíferos marinos, como las focas y las ballenas.

En la actualidad el medio ambiente, tanto acuático como terrestre, está cambiando a menudo, ya sea de manera temporal o permanente, por lo que los organismos experimentan cambios continuos, algunos de los cuales les permiten adaptarse a los nuevos medios, ya que de no hacerlo migran o perecen.

Los ambientes oceánicos presentan límites que a veces son muy amplios, como las distancias o separaciones geográficas, o muy estrechos, como los que marcan la salinidad, la temperatura, la luz o la presión. Estos límites representan las barreras que establecen la diversidad, la distribución y la abundancia de las especies en el océano.

La gran variedad de vegetales y animales marinos ha sido arreglada dentro de un sistema de clasificación que está basado en las similitudes que presentan en su estructura, sus funciones, así como en sus relaciones evolutivas.

El estudio de las relaciones de los seres vivos marinos con su medio fisicoquímico y biológico constituye la ecología marina. Esta ciencia no sólo se interesa por los organismos individuales, sino también por las poblaciones, es decir, por el conjunto de individuos de una especie particular que habita una región especial y, por las comunidades bióticas, que son los organismos que habitan un ecosistema común.

Un ecosistema está formado por un conjunto de organismos relacionados entre sí, y que interactúan con los factores ambientales del lugar donde se encuentran. Cada especie de organismo marino ocupa un nicho ecológico, o sea, una posición en el ecosistema en relación con las otras especies, que tienen sus propios nichos, pero que son interdependientes ya sea por abrigo, por alimento o por defensa.

Las relaciones entre los organismos se mantienen estables cuando no cambian las condiciones del ambiente, pero si las características fisicoquímicas o biológicas lo hacen, los tipos y tamaños de las poblaciones también se modifican, dando origen al proceso de sucesión ecológica. Si después de romperse el equilibrio de una comunidad éste llega a recuperarse, se desarrolla una comunidad estable conocida como Comunidad clímax.

Por lo tanto, dentro de cualquier ecosistema se presentan tres tipos de relaciones: las interacciones entre los miembros de la comunidad biótica, las interacciones entre éstos y su medio fisicoquímico, y las que existen entre los factores de este ambiente fisicoquímico.

En los océanos se encuentra una serie de factores fisicoquímicos, como son la temperatura, la salinidad, el pH y las corrientes marinas, que intervienen en la distribución de los diferentes organismos en sus aguas.

Los mares circulan constantemente llevando, en el ir y venir, sus características fisicoquímicas y su biota. El agua se mueve en ellos como el aire lo hace sobre la Tierra, es decir, realiza desplazamientos verticales de ascenso y descenso, que representan en las aguas superficiales surgencias y hundimientos respectivamente, lo que permite a los seres vivos contar con un medio con cantidades adecuadas de nutrientes, oxígeno y otras condiciones que ellos necesitan, ocasionándose un verdadero florecimiento de organismos.

Además, los océanos que presentan una profundidad media de 4 000 metros constituyen un espacio disponible para la vida marina 300 veces mayor que el que puede ocupar la vida terrestre.

La vida en el mar depende, como la vida en general, de la luz solar. Hasta donde penetra la luz los vegetales son capaces de realizar fotosíntesis, desarrollarse y reproducirse y por esto el mar representa para los demás seres vivos una fábrica en plena actividad. La energía luminosa es almacenada en los compuestos de carbono, que son la estructura y la fuente de energía de todos los organismos. La masa de materia viva, también llamada biomasa, que se encuentra en el mar es mucho mayor que la que se localiza en la tierra.

Esta biomasa no es evidente en el mar a primera vista debido a que muchos organismos son microscópicos. Si se observa la superficie de los océanos hay muchísimas posibilidades de que sólo se vea agua. Sin embargo, un litro de esta agua contiene aproximadamente 500 000 bacterias, más de un millón de vegetales microscópicos y 150 000 animales de muy pequeños tamaños.

Estos organismos vegetales y animales han adquirido características tanto morfológicas como fisiológicas que les permiten adaptarse a las condiciones de las diferentes zonas oceánicas. Algunos de ellos presentan gran tolerancia a los cambios de intensidad de los factores físico-químicos, y otros no los aceptan; por ello, las zonas de distribución son muy extensas para los primeros y restringidas para los segundos.

Sin embargo, el medio oceánico imprime a los seres que lo pueblan toda una serie de características indispensables para su supervivencia. Los vegetales presentan una gran diversidad de tamaños, formas y colores; los microscópicos son los más numerosos y constituyen el fitoplancton, encontrándose entre ellos las diatomeas, los flagelados fotosintéticos y las algas verde-azuladas. Una característica básica de estos organismos es la de presentar pigmentos depositados en organoides celulares, como los cloroplastos y los cromoplastos, que les permiten realizar procesos fotosintetizadores, y otras es la de arreglar su estructura para presentar mayor superficie de absorción de los rayos solares y para la flotación.

Los vegetales macroscópicos, en su mayoría, pertenecen al grupo de las llamadas algas marinas, que crecen adheridas a firmes sustratos como rocas, conchas, pilotes, etcétera, y que, por lo tanto, están necesariamente confinadas a los continentes e islas, o a zonas superficiales submarinas donde puedan fijarse y tener luz suficiente para realizar la fotosíntesis; tal es el caso de Macrocystis, alga café que tiene gran utilidad en la industria.

Las algas flotantes constituyen un hecho excepcional, siendo la más abundante el Sargassum o sargazo, que cuenta con estructuras de forma esférica que le permiten esta flotación.

Muy pocas plantas con flor se han adaptado a las condiciones marinas, aunque se encuentran en número relativamente diverso en estuarios y marismas que bordean las lagunas litorales salobres o algunas bahías.

Se consideran dos tipos de estas plantas: las herbáceas, angiospermas que han evolucionado hacia un medio de vida totalmente marino, tolerando la salinidad y creciendo sumergidas con la capacidad de florecer y polinizarse bajo el agua, presentan raíces que las fijan firmemente y adquieren una forma especial que les permite resistir el oleaje y las mareas; como el caso de la Zootera marina y Thalassia, de aguas tropicales y subtropicales, que forman las llamadas "praderas submarinas", lugares que presentan un hábitat protector para cada grupo característico de animales donde éstos encuentran su alimento. Estos vegetales se encargan, además, de estabilizar los fondos, es decir, que sirven como lugares donde se incrementan los depósitos de sedimento.

El otro grupo de plantas con flor es el que forma los "manglares", que se localizan en las áreas maréales o zonas que quedan cubiertas por las mareas altas, lugares que representan un hábitat único e importante por lo diverso de sus características y su gran productividad orgánica.

Las plantas que habitan en estos manglares pertenecen a muy diferentes familias, predominando las Rhizophoraceae, con el género Rhizophora, que agrupa a los distintos tipos de mangle.

Estos vegetales presentan, como principales características, el que de sus troncos salgan unas raíces llamadas adventicias, dándoles el aspecto de trípodes que soportan el resto del árbol. Estas raíces, junto con la formación de una corteza con engrosamientos coriáceos, permiten reducir la transpiración de estos vegetales y así conservar el agua en su cuerpo.

Como se observa, la vegetación oceánica está representada, en su mayoría, por las formas simples unicelulares de talla microscópica, ya que las plantas de mayor tamaño se encuentran confinadas a las franjas litorales y aguas superficiales con un número reducido de especies, las que, en su mayoría, son simples y primitivas, y contrastan mucho con la exuberante variedad y complejidad de vegetales que predominan en la tierra.

La vida animal, por el contrario, es en extremo abundante y variada. Todos los grupos animales están representados en los océanos y algunos son exclusivos del medio marino.

Sin embargo, toda esta diversidad de animales que pueblan el océano tiene también una serie de características indispensables para soportar las condiciones que les impone el medio ambiente. Por ejemplo, los peces y los cetáceos son animales muy distintos, aunque vivan en el mismo ambiente, pues los primeros respiran oxígeno disuelto en el agua, en tanto que los segundos, como la ballena, respiran el oxígeno del aire por medio de pulmones. A pesar de estas diferencias fisiológicas tan especiales, unos y otros nadan, y presentan una forma análoga, la llamada pisciforme, que es la más adecuada desde el punto de vista mecánico, para trasladarse en el seno de las aguas por medio de la natación. Peces y cetáceos poseen generalmente la forma de un huso como la del submarino, y están provistos de aletas estabilizadoras y propulsoras; además, su cuerpo termina en una especie de cola robusta que favorece la impulsión.

Una de las primeras condiciones del medio que va a caracterizar la vida del animal del océano es la abundancia y distribución de alimento representado por materias minerales y orgánicas, lo que permite que algunos de estos animales puedan vivir fijos en objetos sumergidos o flotantes, o en el fondo, sin que efectúen movimientos de translación por periodos más o menos largos de su existencia o por toda su vida, sin que tengan la necesidad de buscar alimento para estar adecuadamente nutridos; a éstos se les llama sedentarios.

En cambio, en el medio terrestre todos los animales están obligados a buscar su sustento desplazándose activamente, cubriendo ya sea áreas reducidas o recorridos considerables, pero siempre moviéndose para no morir de hambre. Cualquier animal terrestre no parásito que permaneciese quieto constantemente en el mismo lugar moriría de inanición.

Las madréporas, los corales, las esponjas, o las ostras viven en las aguas perfectamente sujetas al fondo, sin nadar, ya que su completa quietud no compromete en nada su nutrición; con el agua reciben sales minerales y alimentos formados principalmente por infinidad de seres microscópicos con lo que atienden sobradamente a su sustento.

Los organismos marinos fijos o sésiles presentan, con frecuencia, formas ramificadas o arborescentes que recuerdan las de los vegetales, como ocurre con las colonias de pólipos o corales, o bien, tienen formas irregulares mal definidas, como las esponjas, lo que les permite que circule por ellas gran cantidad de agua y, por lo tanto, capturen más fácilmente su alimento.

Este fenómeno se puede explicar debido a que en el seno de las aguas viven infinidad de pequeños organismos que son acarreados de un sitio a otro por corrientes y que forman el plancton, del que, como ya se vio, los vegetales del fitoplancton constituyen los productores del alimento; pero también existen animales de este plancton que reciben el nombre de zooplancton: pequeños animales, llamados consumidores primarios, que tienen como característica principal el desarrollar mecanismos para capturar a los vegetales del fitoplancton.

El zooplancton está formado por los protozoos representados por los foraminíferos, radiolarios y tintínidos; por los crustáceos, destacando el abundante grupo de los copépodos; por los Chaetognatha, llamados también gusanos flecha; por las medusas o aguas malas; por muchos grupos de gusanos o anélidos, y por las formas larvarias de moluscos equinodermos y peces.

Estos organismos del plancton tienen la propiedad del constante y lento naufragar, lo que trae como consecuencia que tomen su singular fisonomía, en la que muchos de sus órganos presentan las más artísticas apariencias que realizan el valor estético de estos bellísimos organismos, cuyos cuerpos son, muchas veces, un prodigio de forma.

La diferencia entre la densidad del agua y el peso específico de los seres que en ella flotan es pequeña, y para contrarrestar o disminuir esta diferencia, los organismos desarrollan infinidad de artificios. Los seres planctónicos eliminan de su cuerpo cuanto es posible, se despojan de toda estructura pesada que pudiera ser un obstáculo para lograr su estabilidad en el medio acuático, como sucede en los crustáceos planctónicos, provistos de un sutilísimo caparazón y de patas gráciles y airosas.

Otros organismos, para contrarrestar el hundimiento, desarrollan unas boyas de flotación muy pomposas y hasta coloreadas, las que pueden dilatarse o contraerse con el fin de que el animal flote o se hunda según las necesidades de su vida, como es el caso de la Physalia o "fragata portuguesa".
Entre los animales marinos también se encuentra un número grande que se mueve para obtener su alimento, como, por ejemplo, los peces que recorren un campo de algas para conseguir su sustento, o un tiburón que se lanza velozmente sobre un pez para devorarlo.

El desplazamiento de los animales en el seno de las aguas determina en ellos, con frecuencia, la adquisición forma peculiar más o menos adecuada para poderse mover en el seno de un fluido que tiene mayor densidad que el aire.

Esta forma de huso o pisciforme que les permite vencer la resistencia del agua, se repite en todos los animales que se desplazan en el océano, dándoles una arquitectura característica de los peces que son buenos nadadores. En estos peces, la forma alcanza mayor sobriedad y perfección de línea. En el tiburón y en la macarela, el cuerpo está elegantemente adelgazado hacia atrás, en tanto que su extremo anterior es más ancho y se prolonga en forma de punta o rostro, que le permite cortar fácilmente el agua.

Además de esta conformación del cuerpo, dichos organismos crean estructuras que les confieren estabilidad y equilibrio y que los dotan de medios de propulsión indispensables para llevar a cabo la natación. Ésta se logra al combinar movimientos armónicos de su cuerpo con la fuerza que imprimen estos órganos de propulsión.

Para desarrollar esta función, en la mayoría de los animales marinos las extremidades toman una forma característica, a manera de alas, recibiendo el nombre de aletas, las cuales son relativamente pequeñas en razón a la masa que desplazan; así, las aletas de una ballena, cachalote o delfín, lo disfrazan de pez, con tal perfección que al mismo hombre llegan a confundir.

Del mismo modo, las focas y las morsas imitan esta forma, aunque con menos perfección, y otro tanto sucede con los calamares y ciertos grupos de gusanos y moluscos.

Sin embargo, algunos peces olvidan la natación o, por lo menos, sus facultades se aminoran. Cuando esto sucede, sus cuerpos se aplanan, deprimen o deforman descansando sobre el fondo del mar, o se esconden en la policromada maraña de arrecifes de coral, o buscan guarida entre las resquebrajaduras de las rocas; tal es el caso de las rayas, los lenguados, los caballitos de mar y las anguilas.

La respiración de los animales acuáticos ofrece modalidades muy peculiares. Hay que distinguir entre los que son realmente de ascendencia oceánica y respiran oxígeno disuelto en el agua, y aquellos otros que son de origen terrestre y han invadido o colonizado el medio acuático, como los escarabajos, los cucarachones en las lagunas litorales y las tortugas y delfines en los mares, que son seres que respiran al modo de los animales terrestres, por lo que, de vez en cuando, se ven obligados a salir a la superficie para tomar el aire atmosférico.

Los órganos respiratorios o branquias de los animales esencialmente acuáticos no corren el riesgo de secarse, ya que están sumergidos en el agua, por eso extienden y forman vistosos penachos, a veces de bellísimo aspecto, como es el caso de los anélidos o gusanos anillados que viven en los corales; otras veces forman borlas o flecos situados a los lados de su cabeza, como en los nudibranquios o babosas de mar; también se encuentran protegidos en cavidades que tienen amplia comunicación con el exterior, como las agallas de los peces; otros organismos los encierran en compartimentos que les permiten guardar el agua por un tiempo, como los cangrejos, que a veces se retiran cientos de metros de las playas.

La densidad o peso del agua es mucho mayor que la del aire, hace que los órganos de propulsión en los animales marinos sean más pequeños y de menor superficie que los de los animales terrestres, ya que su menor potencia está compensada por la mayor resistencia que el medio ofrece; cuando se compara la extensión de la aleta de un pez con el ala de un ave, se puede observar claramente esta desproporción.

Muchos grupos de animales oceánicos tienen especies que alcanzan gran tamaño, como sucede con los calamares gigantes, cuyo cuerpo mide seis metros de longitud y sus brazos llegan a tener hasta 18 metros de largo. Las conchas llamadas tridacnas o taclobos, denominadas también pilas bautismales, son moluscos bivalvos que viven en los mares de las Filipinas y pueden alcanzar hasta dos metros de diámetro con un peso de 200 kilogramos. El cangrejo japonés, con patas hasta de dos metros de largo, es el mayor de todos los artrópodos. El tiburón ballena o tigre del mar, frecuente en el Océano Pacífico, puede medir unos 15 metros de largo y es el mayor de los peces. Finalmente, las ballenas son los verdaderos gigantes del reino animal, su cuerpo alcanza en ocasiones 25 metros de longitud y un peso de 160 toneladas, comparable al de 20 elefantes o 200 bueyes.

Los animales acuáticos pueden ser marinos o de agua dulce; sin embargo, esta distinción no es clara en muchos casos, pues ciertos organismos pueden pasar de unas aguas a otras durante su ciclo vital o frecuentan aquellos lugares donde existen aguas mezcladas, llamadas salobres.

La anguila común, que es un pez de agua dulce, se desplaza desde los lagos donde vive efectuando accidentadas migraciones a lo largo de los cursos de agua, atravesando praderas húmedas durante las noches lluviosas hasta alcanzar grandes ríos que la llevan al mar, para ahí desovar, es decir, depositar sus huevecillos. Para las anguilas del Atlántico, el lugar de desove son las grandes profundidades del Mar de los Sargazos. De estos huevecillos se originan larvas que se dirigen a las costas en donde alcanzan el estado juvenil, llamándose "angulas", y que penetran a los ríos, los remontan y terminan su crecimiento para volver nuevamente al mar en época de reproducción.

Los salmones realizan migraciones en sentido inverso, viven en el mar hasta el momento de la reproducción en que penetran a los ríos, nadando contra las corrientes, para ir a depositar sus huevecillos; los juveniles, ayudados por el curso del río, regresan nuevamente al mar.

Tampoco la diferencia entre los organismos marinos y terrestres se halla marcada de un modo perfecto, ya que ciertos animales nacen en el agua y pasan el resto de su vida en la tierra y el aire. Entre los ejemplos más notables de organismos adaptados al cambio de medio están los cangrejos terrestres tropicales, que penetran algunos kilómetros adentro en las selvas húmedas y sólo vuelven al mar en el periodo de reproducción.

Entre los mamíferos acomodados a la vida terrestre hay algunos que han regresado al medio marino de sus antepasados, conservando la respiración pulmonar y otras adaptaciones. Las ballenas, delfines y cachalotes de los océanos actuales son cetáceos que sólo pueden moverse y alimentarse en el mar, para los cuales varar en las playas es un accidente fatal; viven habitualmente cerca de la superficie de las aguas y respiran aire atmosférico por los espiráculos y orificios nasales que llevan en la parte superior de la cabeza, pero como poseen pulmones, en los cuales almacenan considerable cantidad de aire, así como cavidades especiales donde se acumula sangre venosa, es decir, la que tiene bióxido de carbono y desechos, pueden sumergirse a grandes profundidades y permanecer algún tiempo en ellas; sin embargo, tienen forzosamente que volver a la superficie en busca de aire atmosférico.

Las focas, leones marinos, elefantes marinos, morsas, etc; son habitantes de las aguas litorales que se arrastran sobre las playas y las rocas, donde pasan una gran parte de su vida descansando al aire y al Sol.

Según las características biológicas que presentan los organismos marinos, se observa que pueden vivir en diferentes medios oceánicos; unos lo hacen en el seno de las aguas independientemente del fondo, ya sea flotando de una manera pasiva como las medusas o aguamalas, o bien impulsados por órganos de locomoción de diferente naturaleza como los peces, todos ellos constituyen el dominio pelágico; otros, en cambio, están íntimamente ligados al fondo, ya sea al iluminado o al abisal, pudiéndose encontrar fijos o anclados al fondo, a las rocas, a las arenas u otros objetos sumergidos como las esponjas y corales; o bien porque caminan y se arrastran sobre ellos, como los caracoles, los gusanos, los cangrejos y ciertos peces, por ejemplo: las rayas y lenguados, que de continuo descansan en los fondos arenosos.

Éstas son algunas de la principales características biológicas de los organismos marinos que representan tesoros de vida en las impacientes aguas del océano y muestran infinitos recursos de que la naturaleza se vale para subrayar la enorme variabilidad de su obra en el océano, lo que ha despertado el interés de la especie humana para aprovechar algunas de ellas durante el desarrollo de su vida. Por ejemplo, si se observa la forma de un submarino o de un dirigible, se verá que son, simplemente, una réplica de la descrita para los peces.

Revistas, libros, monografías detalladísimas, publicaciones sin cuento, algunas de ellas alardes de buen gusto, están dedicadas a dar a conocer la extraordinaria y maravillosa vida de los mares. Cientos de investigadores han dedicado su esfuerzo a escudriñar los más remotos rincones del océano, para tratar de entender los fenómenos biológicos que se presentan en sus aguas.

EES
Sánchez León Wilmer
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Seccion 1
Fuente: http://guillermo-jb2000.blogia.com/temas/ecologia-marina.php