La robótica más sofisticada se ha convertido en fiel aliada de un equipo multidisciplinar de investigadores procedentes de tres universidades canadienses y del Instituto Español de Oceanografía, según informan varios periódicos canadienses.
El equipo internacional de científicos se ha embarcado en una expedición de 20 días de duración con el objetivo de estudiar once áreas que están bajo la protección de la organización North Atlantic Fisheries (NAFO, sus siglas en inglés), una institución dedicada a la conservación y optimización de los recursos pesqueros y marinos del mundo.
Gracias a potentes cámaras acopladas a unos brazos robóticos se ha podido echar un vistazo a grandes profundidades. El resultado de esta observación ha sido el avistamiento de varias especies, hasta ahora desconocidas, en las costas de Terranova.
No es la primera vez que las aguas de esta zona sorprenden a los investigadores, que esta vez se han maravillado con esponjas en forma de tulipa, corales de brillantes colores, pequeños animales y otras especies capaces de sobrevivir a 3.000 metros de profundidad.
Importancia de la exploración
Llevar a cabo expediciones en estas aguas y observar la flora y fauna que habita estos lugares es especialmente importante porque éstos forman "los bosques de los océanos", explica Ellen Kenchington, investigadora de la NAFO en Canadá y miembro de la espedición.
Esta especialista ha hecho hincapié en la importancia de la dotación tecnológica del viaje porque "realmente nos está ayudando a cambiar nuestra percepción de la biodivesidad que hay allí. Estamos localizando nuevas especies que viven en aguas realmente profundas", apunta.
Y es que el robot submarino que 'forma parte' de la tripulación es capaz de descender 500 metros más que cualquier otro aparato y que, por supuesto, las personas. Eso ha supuesto la catalogación de seis nuevas esponjas y dos tipos desconocidos de coral.
Kenchington ha declarado al diario 'Montreal Gazette' que el hecho de determinar la composición de los corales que viven en estas aguas, algunos con más de mil años de antigüedad, es extremadamente útil para "establecer las pautas del cambio climático, cómo está afectando a los mares... además nos es muy valioso para entender el presente y poner todas las informaciones en su contexto".
Ayuda a la conservación
Los miembros del equipo también han mostrado su inquietud por la conservación de los océanos. Sus datos pueden contribuir a que se inviertan mayores esfuerzos y recursos en la preservación de los corales.
Estos minúsculos animales marinos viven en los océanos desde hace más de 250 millones de años. Como parte de su metabolismo, estas criaturas segregan carbonato cálcico, que es lo que forma su base y su armazón. La agregación de muchas de estas formaciones cálcicas a lo largo de los siglos es lo que ha dado lugar a los arrecifes de coral, muchos de los cuales están ahora en peligro.
Los arrecifes de coral acogen en su seno verdaderos ecosistemas que, de llegar a desaparecer, podrían acabar con la existencia de más de 4.000 especies marinas. Las estimaciones apuntan que el 20% de los arrecifes de coral del mundo están muertos (sólo persisten los esqueletos, sin vida) y que el 34% está gravemente amenazado.
EES
Sánchez L.Wilmer
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Seccion 1
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/07/22/ciencia/1279806521.html
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